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Venus en Tauro – Legados

Si estás en la lista de correo del Boletín Cartomante (que, a estas alturas, deberías), sabrás que ahora mismo Venus está en Tauro, o lo que es lo mismo, la Reina del Cosmos está sentada en su majestuoso trono. Venus es lo Bello, el detalle, el lujo hasta la decadencia… y en ningún sitio está más cómoda que en el signo de los tejidos suntuosos y el vino bueno en copa buena.

Venus en Tauro esperando a sus colegas para unas cañas de tranquis.

El caso es que he estado pensando en este aspecto bastante. En lo que significa, y lo que implica. En principio lo entendía como eso, como mero placer terrenal. Cosas para disfrutar en el momento. Cosas bonitas, o deliciosas, o embriagadoras. Hasta que, el mismo día, llegaron estos dos objetos a mis manos.

El primero es este anillo. Bonito, ¿eh? A mí me parece precioso, y lo mejor de todo es que, contra todo pronóstico, me vale.

Mi abuelo a veces tenía que pasar varios meses fuera de casa, dejando a su mujer lidiar con una caterva de hijos que, por lo que he oído, tuvieron que ser toda una prueba de paciencia y autocontrol. Y, cuando volvía, traía regalos. Los de los niños sólo están en las historias que nos cuentan mi padre y sus hermanos y hermanas, pero los de mi abuela siguen aquí. El otro día, ella repartió los últimos que le quedaban (dos conjuntos de anillo y pendientes) conmigo, mis hermanas y mi prima. Ahora todas tenemos un trocito de un momento (uno de tantos) en que mi abuelo, estando lejos, quiso llevar a mi abuela lo más bonito que encontró. «Te quiero. Te echo de menos. La piedra que más brilla me ha hecho pensar en ti».

El otro es este.

Imagínate por favor el momento: la pequeña Sarita está en brazos de su padre, mirando una piedra cualquiera. «¿Qué te parece?» «Pues papá, una piedra, no sé…». Y de repente le da la vuelta a la piedra y BAM! Cristales morados por todas partes. «Es una geoda de amatista. Así están en la tierra, parecen piedras normales, pero cuando las abres tienen esto dentro». Esa piedra me hizo empezar mi propia colección: se la he pedido a mi padre mil veces, y siempre me ha dicho que no. Hasta ahora.

Mi bisabuelo estuvo en la guerra. No sé muy bien cómo, cayó en sus manos un pequeño tesoro, y se lo trajo para casa. Años después, cuando vio a su nieto, supo para quién era aquel tesoro. «Te quiero. Cuando todo estaba oscuro, encontré algo bonito. Quiero que lo tengas tú.»

Así que, a lo mejor, el disfrute y el lujo de Venus en Tauro no es tan banal como creía. A lo mejor consiste en hacer tangible algo que no sabemos por dónde coger, que se escurre entre las palabras, como el carisma de estrella de cine que te da ese pintalabios, o la seguridad bajo la manta más suave del mundo en tu sofá en las tardes de enero. Podemos imaginar que capturamos ese algo en una cosa, tomarla entre las manos y sentir que eso que nos sobrepasa se queda en ella. Con un poco de suerte, si resiste el paso del tiempo y no se pierde entre mudanzas, esa cosa seguirá irradiando lo que tiene dentro. Tanto si es un pintalabios como si es un anillo. O una geoda de amatista.

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